Con esa línea terminaba el episodio de ‘Community’ de la semana pasada, y la verdad es que resume perfectamente mi opinión sobre ‘Glee’. Discos, merchandising, flashmobs a modo de promoción en una multitud de países y hasta una gira musical por todo Estados Unidos. El fenómeno de ‘Glee’ llega mucho más allá de ser una simple serie, y es que ahora mismo parece ser el programa de moda en medio mundo. Pero, ¿de verdad es para tanto?
Comencemos por el principio. FOX tiene en su parrilla ‘American Idol’, el programa más visto desde hace varias temporadas. Viendo el éxito del reality musical, los ejecutivos de la cadena pensaron que podrían hacer algo similar pero en una serie, así que cuando les llegó el guión de dos de los responsables de ‘Nip/Tuck’ sobre un coro de un instituto, no se lo pensaron dos veces y le dieron luz verde apenas unas horas después de haberlo leido. Por fin tenían en sus manos una serie musical con posibilidades de triunfar… o no.
Decidieron estrenarlo la pasada primavera, donde su acogida fue bastante fría, pero con el comienzo de la nueva temporada tanto su audiencia como su repercusión en los medios y en internet han subido como la espuma. Los actores son habituales en los eventos americanos y de hecho la serie se ha llevado varios premios en su corta existencia, entre ellos el Globo de Oro a la Mejor Comedia. Y yo sigo sin verle el encanto que muchos le ven.
Entiendo que es una serie original (al menos no es otro procedimental policiaco) y que su producción está muy cuidada, pero no le veo nada del otro mundo. Quizás sea, en parte, porque me esperaba una comedia algo más incisiva y con un poco más de “mala leche”, pero el producto final me parece infantil y desaprovechado. Tan sólo salvaría el personaje de Sue Sylvester, el único que tiene diálogos interesantes y por el que seguramente siga viendo la serie cuando vuelva.
No me entendáis mal, no digo que sea una mala serie, sino que, en mi opinión, está sobrevalorada. Los números musicales están trabajados, sí, pero la serie abusa demasiado de ellos descuidando otros aspectos como los arcos argumentales (porque vamos, la historia del profesor y su mujer embarazada “de mentira” es mala a todos los niveles) y el desarrollo de los personajes, que brilla un poco por su ausencia.
De todas formas, y ya dejando de lado mi opinión personal de la serie, veo un peligro importante: la saturación de los espectadores. Tantos discos, tanto merchandising, las giras… ‘Glee’ corre el riesgo de sufrir lo que muchas otras series han sufrido en el pasado (‘Heroes’ es un perfecto ejemplo) y de dejar el listón demasiado alto para su siguiente temporada. Lo que no se puede negar, y por mucho que me pese, es que ‘Glee’ es actualmente un éxito. Las razones de que lo sea es precisamente lo que yo no entiendo.