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1 de noviembre de 2010

'CSI' busca mantener el nivel en la 11ª temporada

A veces, es una experiencia curiosa volver a una serie de la que viste ocho temporadas y luego te perdiste dos. ¿Habrá cambiado mucho desde entonces? ¿Te habrás perdido cosas importantes para la trama y para el devenir de los personajes? ¿O seguirá todo más o menos igual? ‘CSI’ es un caso peculiar porque, aunque su estructura sea la de hacer casos autoconclusivos cada semana, lleva varias temporadas en las que hay cada vez un tema unificador diferente que afecta a uno de los personajes y, últimamente, acaba obligándoles a marcharse. Primero fue Sara, víctima del Asesino de las Miniaturas en aquella séptima temporada que, hasta ahora, es el punto más alto de la serie; luego fue Warrick, cuyo fin afectó muchísimo a todos sus compañeros y, eventualmente, terminó espoleando la marcha de Grissom. Y la ausencia de éste se nota.

No es que la serie se olvide de él, por otro lado. Sara ha vuelto como miembro de pleno derecho del equipo (una maniobra del año pasado para suplir, en parte, que Ray Langston no terminaba de cuajar entre la audiencia) y sobre todo entre ella y Nick se dedican a recordar las cosas que Grissom hacía y decía. Es una bonita manera de acordarse del personaje que casi era la principal atracción para muchos espectadores. Ahora que ya no está, la que ejerce más como jefa es Catherine Willows, mientras que Langston es mas intelectual y menos de acción. Aunque también puede contribuir a eso que aún está recuperándose del cliffhanger del final de la décima temporada.

En estos seis primeros episodios, nos han introducido el que va a ser el nuevo asesino en serie que el equipo deberá descubrir, un sosias del Eugene Tooms de ‘Expediente X’ al que han apodado Sqweegel. Es muy probable que ésa sea la trama continuada para todos los episodios, que parece que no tendrá la misma implicación personal con Langston que la del año pasado, que tenía pinta de ser un poco homenaje a ‘El silencio de los corderos‘. En ésta se opta por un asesino más espectacular, como si dijéramos, muy escurridizo e implacable, y también parece que habrá un seguimiento de la historia con la que se abrió la temporada, en la que intentaron colarnos que Justin Bieber podía ser la mente detrás de una serie de atentados perpretados por un grupo de radicales que ven todo tipo de conspiraciones ocultas dentro del gobierno de Estados Unidos.

La aparición de Bieber fue una estratagema para atraer espectadores menos espectacular que la escena inicial en bullet time, muy a lo ‘Matrix’, de la décima entrega, y da la sensación de que esta nueva temporada no va a buscar, por ahora, cosas tan a lo grande. De momento, los casos que hemos visto siguen la línea a la que ‘CSI’ nos tiene acostumbrados, aunque aún falta alguno con ese ligero humor negro que se gastan de vez en cuando (o una parodia-homenaje tan redonda como ‘A space oddity’, de la novena temporada). Para airear un poco las cosas, en el sexto episodio nos introducen a un nuevo personaje secundario, la detective Frankie Reed, a la que interpreta una Katee Sackhoff que ya fue la primera opción para ser, en la séptima temporada, la detective Curtis, que recayó finalmente en Louise Lombard y fue descartada después sin demasiadas explicaciones.

Algunos de vosotros comentásteis hace tiempo que a ‘CSI’ no se le da bien introducir nuevos protagonistas, pero que sí consiguen pasar sin problemas a los secundarios con más personalidad a protagonistas (no tanto Greg, que perdió parte de su gracia al salir del laboratorio, pero sí Hodges, muy divertido). La detective Reed, aunque parece que va a ser una Starbuck con placa, apunta a resultar entretenida de ver, así que a lo mejor sí tienen suerte con este añadido. Aunque hayan experimentado un inevitable desgaste en las audiencias, ‘CSI’ sigue figurando entre las series más vistas todas las semanas, y si la CBS acaba fijando una fecha para su final, será más por sus costes que porque haya perdido tantos espectadores que esté arrastrándose por la parrilla. Quizá han perdido el simpático punto geek que les aportaba Grissom, y a veces funcionan en piloto automático, pero también es cierto que pocos procedimentales se acercan a lo que esta serie ha conseguido. Y aún es un entretenimiento muy digno.

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