No soy demasiado fan de la cadena americana de cable USA Network. Cada unos cuantos meses este canal nos ofrece algún que otro estreno que pinta bien sobre papel pero que, en la práctica, es bastante decepcionante y nada del otro mundo: ‘Royal Pains’, ‘White Collar’ o ‘Burn Notice’ son claros ejemplos de ello. Policías, médicos o espías que tienen un personaje protagonista característico y que de vez en cuando suelta frases graciosas y que tiene que resolver un caso de la semana. Al principio puede resultar interesante, pero con el paso de los capítulos la historia pierde el factor novedad y acaba haciéndose repetitiva.
Algo similar ocurre con ‘Covert Affairs’, que entra dentro de la categoría “drama que entretiene pero ligero como el que más” y que se amolda perfectamente al estilo USA Network. Y, como suele ser habitual en estas series, ha convencido de calle a la audiencia, por lo que ya ha sido renovada y el verano que viene tendremos una nueva entrega de capítulos, aunque me sé de alguien que no seguirá viéndolos (a pesar del cliffhanger final que, como era de esperar, también tiene).
A priori, la serie tenía una premisa interesante: una espía de la CIA aún en entrenamiento es ascendida misteriosamente a agente de campo y asignada a una unidad secreta de la Agencia que investiga los asuntos internos del país. ¿Por qué ella? La respuesta parece estar relacionada con su pasado. En su nuevo entorno de trabajo encontrará a un compañero amable, a una supervisora que aún cuestiona sus cualidades y a un jefe de sección que parece tener algo que ocultar. Y, para más inri, estos dos últimos están casados. Filtraciones a la prensa, traficantes de armas, contrabandistas, amenazas a altas personalidades extranjeras… Os podéis imaginar qué tipo de casos se tratan en la serie.
Entonces, ¿‘Covert Affairs’ es una serie de espionaje? Sí, pero no. Es más bien una serie de aprendices de agentes secretos, repleta de clichés de espías que aportan poco o nada al género. Hasta la protagonista no está a la altura de las circunstancias. Nos la venden como a una heroína pero se desinfla en cuanto llega la acción. Lo mismo podríamos decir del resto de personajes. El único que quizás podría ser interesante es Auggie, el agente ciego herido en combate, pero es que no saben aprovechar el juego que podría dar. Ni los espías que nos venden son creíbles ni lo suficientemente interesantes.
Lo peor de todo esto es que los pocos efectos especiales y secuencias de acción que la serie tiene están bien trabajados y logrados. Decepciona bastante saber que la serie cuenta con medios más que suficientes para crear algo decente y al final nos encontramos con el clásico tiroteo en el que los malos salen derrotados y la protagonista ilesa, pese a desfilar por delante de una lluvia de balas. ‘Covert Affairs’ es una serie para todos los públicos, donde al final los buenos ganan, los malos pierden, el caso de la semana se resuelve y todo vuelve a empezar unos días después.
Si a esta plantilla fija establecida para cada episodio le sumamos que la trama general (un ex-novio de la protagonista que ocultaba información) es aburrida, monótona y a ratos demasiado forzada, en el momento que pasan los primeros capítulos la serie ya va perdiendo el poco encanto que ya de por sí tenía. Pero la trama general no es la única que aparece forzada, y es que para que algunas situaciones se desencadenen, los responsables de la serie recurren a la fé ciega del espectador y a casualidades demasiado “casuales”.
Si me preguntaran si recomiendo esta serie, la respuesta sería un rotundo “no”. Aunque también tengo que reconocer que cumple perfectamente las funciones para la que fue diseñada. Las dos palabras que mejor la definen es entretenimiento veraniego y poco más. Si os gusta el estilo USA Network, quizás os parezca una serie entretenida de ver, pero si no directamente os animo a pasar de ella y centraros con los estrenos de otoño que comienzan a partir de hoy domingo. Por fin se acabaron los rellenos veraniegos.