Hay algo así como una tradición que los Globos de Oro siguen todos los años en las categorías de televisión, una tradición a veces equivalente a lo que hacen en las de cine de premiar a gente que nunca tendrá la misma oportunidad en los Oscars (como las dos veces que Jim Carrey ganó por ‘El show de Truman’ y ‘Man on the moon’). Dado que los entrega la asociación de prensa extranjera de Hollywood (es decir, gente que no trabaja en la industria, como los Emmy) y que, en el caso de la televisión, se dan en el punto medio de la nueva temporada, siempre les ha gustado reconocer a alguno de los estrenos. Es su nota distintiva, lo que los diferencia a veces de unos Emmy que, en ocasiones, suelen ser más reacios a incluir novedades entre las categorías grandes (a no ser que sean exitazos incontestables).
La victoria de ‘Glee’ como mejor comedia se encuadra en esa tradición. Ha sido el estreno del que más se ha hablado, el que se ha ganado los fans más ruidosos y el que ha aparecido en todas partes, logrando una visibilidad mucho mayor que la otra comedia nueva que competía con ella, ‘Modern Family’. Además de que, siendo un musical, cumple mejor el título de la categoría de mejor comedia o musical. El Globo de Oro de ‘Glee’ ha seguido la línea que llevó a que ‘Ugly Betty’ ganara en 2007 (también en su primera temporada), o que ‘Prison Break’ y ‘Héroes’ fueran nominadas al mejor drama en sus temporadas de debut.
Los espaldarazos a las revelaciones de la temporada no se quedan sólo en las series, porque los Globos también han optado a veces por incluir en sus nominaciones a actores que, hasta entonces, no eran conocidos, a caras nuevas en la parrilla estadounidense. Si este año lo hicieron con Lea Michele o Matthew Morrison, en 2002 premiaron a Jennifer Garner por la primera temporada de ‘Alias’, y en 2007 le dieron el espaldarazo a America Ferrera al darle el Globo por ‘Ugly Betty’ por delante de dos actrices de ‘Mujeres desesperadas’ y Mary-Louise Parker. También nominaron a Sarah Michelle-Gellar por ‘Buffy, cazavampiros’ y premiaron en 1995 a ‘Expediente X’ como mejor drama, su primer galardón importante (después ganarían más Globos y algún que otro Emmy).
Hay muchos más ejemplos de este gusto de los premios de la asociación de prensa extranjera de Hollywood por los estrenos y las caras nuevas. Hugh Laurie, por ejemplo, era poco conocido en Estados Unidos cuando llegó a ‘House’, y los dos Globos al mejor actor de drama que ganó, por la segunda y la tercera temporadas, le permitieron afianzar su fama. A los Emmy nunca se les pasará por la cabeza premiar a Anna Paquin por ‘True Blood’, algo que los Globos hicieron el año pasado como reconocimiento a uno de los estrenos más comentados de esa temporada. Por esa tradición de incluir casi siempre alguna novedad, aunque a veces sean elecciones cuanto menos discutibles, estos premios resultan más entretenidos que los Emmy, muy reacios en general a que los estrenos se cuelen en las ternas finales de candidatos, y todavía más a que ganen, excepto contadas