Los que cada día vemos ‘Los Simpson‘ a mediodía podemos comprobar como, desde hace unas semanas, Antena 3 alterna un episodio de las últimas temporadas con otro de los 90. La verdad es que es una estrategia curiosa y practicamente la que quedaba por ver. Pero no sé vosotros, pero para mí me sirve de excusa para comparar sendas etapas de la serie.
Y es que podemos comprobar, in situ, la evolución (involución más bien) que ha sufrido ‘The Simpsons’ en los últimos años comparando los episodios “nuevos” con los antiguos. Pero ¿qué le ha pasado a la serie? ¿por qué ya no hacen tanta gracia? Me gustaría, en estas líneas, intentar desentrañar las claves por las que ‘The Simpsons’ ya no son lo que eran.
Al Jean
Venga, vamos a empezar fuerte. Vamos a echarle la culpa de todo a Al Jean, el showrunner de la serie desde la decimotercera temporada. Bueno, la verdad es que sería injusto echarle toda la culpa ya que, en mayor o menor medida Al ha estado presente en todas las temporadas de la serie. Pero no hay duda de que él es el responsable de que ‘The Simpsons’ sea como es. Tanto en sus buenos momentos (evolucionando de coproductor a productor ejecutivo) como en sus malos, años que son (oh casualidad) responsabilidad absoluta suya.
Y es que aquí se demuestra que no todo el mundo vale para todo y es que a Al Jean le ha venido grande el puesto de showrunner (cuyas funciones básicas es ser jefe de guionistas y llevar el día a día de la producción) y es que en estos años parece que da más importancia en el marketing y en dar bombo a la serie que al guión de la misma.
Guiones muy flojos
No sé si os habeis dado cuenta, pero algunos episodios de la serie parecen una sucesión de gags (algunos con más sentidos que otros) hilados por un endeble hilo argumental. Y es que muchos episodios consisten básicamente en ver cómo las tonterías de Homer (del cual hablaré más adelante) llenan 20 minutos de cada episodio sin que haya un guión que logre interesar de por medio.
De sátira ácida a parodia insípida
Si preguntamos a algún estudioso o simple espectador qué es esta serie, probablemente dirá que es una sátira sobre la sociedad americana. Y esa debe ser la definición más estándar de la serie y lo que la sitúo como los primeros dibujos animados “mainstream” de esas caraterísticas. Pero, no sabría bien situar cuándo, el elemento satírico de la serie se diluyó.Sí, sigue habiendo parodia, pero ha perdido completamente esa acidez que la distinguía. Ya no hay tanta crítica y se dejan llevar por la gracia fácil.
Los personajes son caricaturas de ellos mismos
En una comedia coral como es ‘The Simpsons’ los personajes son los que la construyen. Y es que cada personaje es peculiar y nos lo hemos pasado genial con la gran mayoría de secundarios. Pero el problema viene por el hecho de que creo que se ha dado una deformación de los personajes, que cada vez son más una especie de caricatura de ellos mismos. Cosa que se nota sobre todo en el director Skinner y el el Sr. Burns.
Homer, de tonto a idiota
Viniendo al hilo de que los personajes se han convertido en caricaturas de ellos mismos creo que deberíamos destacar al protagonista de la serie, Homer. Y no es que actualmente Homer sea una caricatura de sí mismo, no. Es que Homer ha pasado de ser un hombre algo simplón y tonto a ser un auténtico retrasado mental (con perdón).Pensad un momento en los gags que tiene Homer ahora. ¿A que el Homer de los 90 no las haría ni loco? Y es que Homer ha pasado de ser un hombre corriente, algo estúpido y simplón, que se esfuerza por ser un buen padre de familia a ser un hombre causante de auténtica vergüenza ajena. Hablando en plata, un auténtico gilipollas discípulo de Peter Griffin en sus peores momentos.
Pues estas son las que considero claves del hundimiento progresivo de la que fue una de las mejores series de los 90. Está claro que ‘The Simpsons’ hace tiempo que perdió su rumbo. ¿Lo recuperará alguna vez? ¿Volveremos a disfrutar de la serie? En fin, siempre nos quedarán los primeros diez años de serie.