No deja de resultar curioso que ‘Terminator: The Sarah Connor Chronicles’ haya esperado hasta el último episodio de la segunda temporada (¿el último de su existencia?) para dar lo mejor de sí. A la serie le ha costado mucho, muchísimo, sacudirse de encima la pereza o lo que fuera y ella misma casi se ha cavado su propia tumba.
Seguramente, por calidad, ahora sea el peor momento para cancelar la serie. La season finale de este segundo año dejó momentos explosivos, emoción, tramas que se rehacen por completo y la sensación de que el futuro podría ser muy interesante para ‘The Sarah Connor Chronicles’. Vamos, justo lo que le ha faltado en no pocas ocasiones.
La serie ha ganado peso, los personajes también (John Connor es quien más se ha beneficiado de esta evolución) y los guionistas no escatimaron en buenos recursos para terminar la temporada con fuegos artificiales. Sin querer desvelar ni uno sólo de los detalles que se vieron (y se disfrutaron) el pasado viernes, lo cierto es que las líneas argumentales de cara a una hipotética tercera temporada son muy ilusionantes.
El problema está en que, previsiblemente, no la habrá. Las cifras de audiencia fueron muy escasas (3,6 millones de espectadores) y a la Fox no le tiembla el pulso precisamente. La única salvación posible radica en que los números que marcó la serie con la gente que la ve después y no en directo (o sea, DVR+iTunes+Fox Online) han sido realmente buenos.
Pero, claro, a tenor de esas declaraciones extraoficiales de que los sets ya habían sido desmontados, poca esperanza puede quedar.
Si todo va según lo normal, la Fox no tardará en dar la serie por terminada. Será una lástima que sea justo ahora, pero también es cierto que tiempo de sobra han tenido los responsables de ‘The Sarah Connor Chronicles’ para ponerse las pilas y motivar a la audiencia, sobre todo después de que ya en el primer año se salvaran por los pelos.