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9 de julio de 2011

Insertar publicidad de productos actuales en viejas reposiciones, la nueva moda en Estados Unidos

La televisión, como tradicionalmente la conocíamos, cada vez está menos de moda. Las cadenas, conscientes de ello y de que cada vez el formato de anuncio hasta ahora tradicional tiene menos repercusión, están intentando innovar y hacer que la gente vea la publicidad, ya que al fin y al cabo del dinero que ingresan por ello dependen directamente sus beneficios. Pues bien, ojo porque desde el otro lado del charco nos llegan algunas nuevas tendencias bastante intrusivas.

Veamos la imagen que encabeza este artículo. Sí, se trata de un episodio de ‘Cómo conocí a vuestra madre‘. Más concretamente, estamos hablando del séptimo capítulo de la segunda temporada, titulado ‘Swarley’ y emitido por primera vez el 6 de Noviembre de 2006. ¿Véis algo extraño en la imagen? Efectivamente, la publicidad que aparece en la televisión corresponde a una película cuyo estreno se está anunciando actualmente, en pleno verano del año 2011. Las fechas no cuadran y no, los protagonistas de la comedia no han viajado en el tiempo, sino que están sufriendo una nueva técnica de publicidad.

¿En qué consiste? Pues en editar digitalmente episodios antiguos ya emitidos y que actualmente se encuentran sindicados (es decir, emitiendo reposiciones) en otras cadenas locales y secundarias, para introducir publicidad de productos o eventos actuales y así de paso conseguir rentabilizar estos episodios un poquito más. 20th Fox Television, la productora de la serie, se ha aliado con una empresa que hace precisamente esto que comentamos.

Aunque desde la compañía aseguran que con esto no se compromete la integridad del programa, personalmente tengo mis dudas. En el ejemplo que vemos en la imagen, por ejemplo, esa televisión no estaba originalmente ahí. No sólo están introduciendo nuevos anuncios, sino que también introducen los soportes en los que se muestran. Están, a todos los efectos, editando el contenido original y añadiendo el suyo propio.

De esta forma, aunque la gente grabe los episodios con dispositivos DVR (que permiten saltarse la publicidad), al ver la serie necesariamente van a tener que tragarse el anuncio. El caso de ‘Cómo conocí a vuestra madre’ no es el primero, ya que la propia compañía reconoce haber hecho algo similar con los 96 episodios que componen la serie ‘Me llamo Earl’. En cada uno de ellos localizaron entre dos y tres maneras de integrar la publicidad de esta forma.

Otro de los argumentos que proporcionan los defensores de esta tecnología es la posibilidad de hacer los anuncios más locales. Por definición, son las estaciones de televisión locales las que se dedican en gran mayoría de las veces a repetir episodios de las cadenas generalistas para rellenar su programación, así que son ellas las que podrían elegir los anuncios y cobrar por ellos. Y no sólo eso, sino que contemplan otras alternativas para el futuro, como cambiar las marcas de los coches, cambiar los modelos de teléfonos móviles, cambiar alguna bebida…

Sinceramente, yo sigo sin verlo. Como espectadora, para empezar, me descolocaría demasiado ver el anuncio de algo reciente en un capítulo que ya tiene sus años. O, peor aún, en un capítulo que sabemos que se ambienta en un determinado año concreto, ya que en el caso de ‘Cómo conocí a vuestra madre’ la línea temporal está ya establecida. ¿Qué pasa cuando un espectador sabe que un episodio tiene lugar en 2006 (así lo dirían al comenzar el capítulo) y de pronto ve un anuncio de una película que se acaba de estrenar? Pues que se distraería, está claro.

Eso de que la publicidad insertada a posteriori y tiempo después no compromete la integridad de una serie es más que cuestionable. Si esa publicidad no estaba ahí cuando se rodó, si no corresponde al tiempo en el que supuestamente está ubicado el capítulo, ya estaría comprometiendo la validez del capítulo. Entiendo que haya que buscar otras formas de publicidad, puesto que la tecnología está cambiando la forma en la que se ve la televisión, pero en mi opinión esta NO es la manera.

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