Normalmente, cuando no comparto el éxito de audiencias que tiene una serie, suele haber razones bastante evidentes. No es ningún secreto que Grey's Anatomy me provoca la más profunda indiferencia, pero es que no habría esperado menos. Una serie de médicos y que encima se centra en las relaciones entre ellos... Pffft. No digo que sea malo, sino que no es la clase de cosa que a mí me gusta.
Sin embargo las series cómicas de animación son en general la clase de cosa que sí me gusta. Soy fan de The Simpsons y Futurama, y siempre me han divertido Family Guy y American Dad!. Sin embargo, ante el éxito de audiencias que ha cosechado en su tierra natal The Cleveland Show me quedo boquiabierto y patidifuso. Y un tanto aburrido.
No me entiendan mal, no digo que sea mala. No sé si lo es. Sencillamente no la entiendo. Desde el principio, Cleveland Brown me pareció uno de los personajes menos carismáticos de Quahog, así que cuando anunciaron que tendría su propio spin-off no terminaba de sonarme bien. Pero lo intenté, vaya si lo intenté: vi los primeros seis episodios de la temporada pasada, ¿y saben cómo me quedé? Exactamente igual.
Sospecho, y no me malinterpreten, que tiene algo que ver con mi raza. O más bien, con la cultura que lleva asociada mi raza. Cuando uno ve una serie estadounidense, es inevitable sentir una cierta brecha cultural —a no ser que uno sea estadounidense, evidentemente— porque la cultura estadounidense es bastante particular. Sin embargo, normalmente, esa brecha se ve razonablemente salvada por el hecho de que los protagonistas son descendientes culturales de los europeos.
Sin embargo, en las series dirigidas al público afroamericano, no se da ese caso. La cultura afroamericana es un producto esencialmente estadounidense, con una cierta influencia de las culturas africanas occidentales. En cierto modo, si ya de por si existe una separación importante entre la cultura de los estadounidenses de origen europeo y la de los de origen africano, cuando el público es europeo esa distancia es insalvable.
Y aquí es donde me gustaría preguntarles: ¿qué pasa con latinoamérica? ¿Entienden el show de Cleveland? ¿Les hace reír? Y a los españoles: ¿les pasa lo mismo que a mi? ¿O les parece el colmo de la diversión? Expláyense en los comentarios, que para eso están.