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25 de septiembre de 2012

'Mad Men' y las razones para su olvido total en los Emmy

‘Mad Men‘ tenía la posibilidad el pasado domingo en los Emmy de hacer historia y ganar su quinto premio al mejor drama, algo que ninguna serie ha hecho hasta ahora. Sin embargo, y por desgracia, terminó batiendo otro récord menos agradable; el de la serie con más derrotas en una misma edición de los Emmy, con 17 nominaciones y ningún premio. No fue la única que se fue de vacío, ya que ‘Sherlock‘, por ejemplo, tampoco consiguió traducir en estatuilla ninguna de sus 13 candidaturas, pero el caso del título de AMC es especialmente notable porque, hasta este año, siempre había ganado algo por cada una de sus cuatro primeras temporadas.

En los tres primeros años, como mínimo, siempre se llevó los galardones correspondientes a mejor guión y serie de drama, y en su primera temporada también consiguió los de títulos de crédito, dirección de arte, fotografía y peluquería. Las primeras señales de que la marea podía estar a punto de cambiar llegaron en la ceremonia del año pasado, cuando la serie obtuvo 19 nominaciones y, de ellas, sólo obtuvo dos premios; peluquería y drama. De hecho, la gala principal de 2011 vio también como todos los candidatos de ‘Mad Men’ iban perdiendo, incluyendo en su categoría fetiche del guión de drama (que se fue para el final de ‘Friday Night Lights‘), hasta que salvaron los muebles al repetir victoria con el premio gordo. Aquel año empezaron los rumores de que ‘Mad Men’ podía ser destronada como el drama favorito de los Emmy, rumores que se han convertido ahora en realidad. ¿Pero por qué ha pasado de ser una de sus niñas mimadas a perderlo todo?

Más competencia en drama

En 2008, el primer año en el que ‘Mad Men’ competía en los Emmy, su primera temporada estaba nominada al mejor drama junto a ‘Boston Legal‘, ‘Damages‘, ‘Dexter‘, ‘House‘ y ‘Perdidos‘. Los pilotos siempre suelen funcionar muy bien en estos galardones, y el de la serie de AMC había encadilado a la crítica. Además, sus capítulos iniciales, aunque muy poco vistos, se convirtieron en un fenómeno en las revistas de tendencias y entre los espectadores urbanos y de cierto nivel adquisitivo e intelectual. Era el título cool del momento, lo que hacía que no tuviera demasiada competencia para hacerse con su primer Emmy al mejor drama.

El ascenso de ‘Mad Men’ coincidió con el vacío que el final de ‘Los Soprano‘ dejó en HBO, huérfana de una serie de calidad que pudiera atraer los elogios de la crítica y la adoración de los premios. De hecho, la familia de Tony Soprano se había llevado el Emmy a mejor drama justo en 2007, por su última temporada, y en los siguientes años, HBO sólo consiguió colar una serie entre las candidatas a mejor drama en 2009 (’Big Love‘) y 2010 (’True Blood‘), y no empezó a invertir la tendencia hasta 2011, cuando ‘Boardwalk Empire‘ y ‘Juego de tronos‘ entraron en liza. ‘Mad Men’ ganó los Emmys de 2009, 2010 y 2011 ante títulos como ‘Breaking Bad‘, que en 2009 aún no había ganado tanto reconocimiento como ahora, ‘The Good Wife‘ o ‘Friday Night Lights’, series que no podían competir no ya con la calidad del producto creado con Matthew Weiner, sino con lo que acaba importando más a la hora de que te den un premio; la repercusión y visibilidad que alcanza entre la industria y su factor cool.

La competencia para ‘Mad Men’ empezó a fortalecerse el año pasado y ha terminado siendo insuperable este año, con una ‘Breaking Bad’ que no deja de ganar nuevos espectadores y elogios con cada temporada, una ‘Juego de tronos’ convertida en todo un fenómeno pop, una ‘Downton Abbey‘ transformada en una obsesión nacional en Estados Unidos y una ‘Homeland‘ que le arrebató a ‘Mad Men’ el factor cool y que enganchó a medio Hollywood a su trama llena de recovecos. A veces, a los Emmy le gusta algo de aire fresco en sus ganadores, y el thriller de Showtime lo tenía todo para desbancar a Don Draper y compañía.

Críticas a la quinta temporada

Hay que tener siempre presente que los Emmy reconocen una temporada de una serie, no toda su trayectoria, y si dicha temporada da la sensación de no estar a la altura fijada por el listón que la propia serie se marcó en anteriores entregas, puede jugar en su contra de cara a los galardones. Entre los críticos estadounidenses se extendió la pasada primavera cierta decepción por el desarrollo de la quinta temporada de ‘Mad Men’ (la audiencia también se resintió, según apuntaba Business Insider, aunque se recuperó de modo muy destacable para el final), de la que dijeron que había perdido sutileza, que había introducido personajes nuevos que no le interesaban a nadie y que había diseñado sus capítulos con la vista puesta en las tesis universitarias que podrían escribirse sobre ellos, así que la llegada de un título nuevo como ‘Homeland’ que emocionó casi enseguida a todo el mundo, allanó el camino para el duro castigo recibido en los Emmy de este año.

Actores sin premio

Algo que siempre ha sorprendido de estos cuatro años de romance de la serie con los Emmy es que ese amor no se extendía a sus actores. Desde 2008, ‘Mad Men’ ha tenido 25 candidaturas en categorías de interpretación, tanto principales, como secundarias y de invitados, y no ha ganado ninguna. Nunca. Ni siquiera cuando Don Draper se convirtió en un personaje que trascendía los límites de una ficción televisiva, o cuando Peggy y Joan empezaron a ser vistos como algo así como iconos de una nueva mujer, los Emmy se ablandaron y premiaron a Jon Hamm, Elisabeth Moss o Christina Hendricks (que sí ha sido reconocida, sin embargo, por los Critics’ Choice).

Hay quien apunta que este olvido sistemático de sus actores se debe a que los académicos (que no olvidemos que son otros actores, directores, etc., de la industria televisiva) consideran que ‘Mad Men’ es una serie de guión y dirección en la que los intérpretes tienen muy poco margen de maniobra. Varios de ellos han reconocido en varias entrevistas no sólo que no pueden cambiar ni una sola coma de los guiones, sino que en ellos se especifica hasta cuándo deben coger un lápiz de la mesa o beber un trago de whisky. Matthew Weiner controla hasta el último cigarrillo que se fuma en cada episodio, razón por la que los Emmys importantes que ha ganado la serie siempre han sido los de guión y drama.

El carácter de Matthew Weiner

Como decimos, la calidad de una serie, por sí sola, no es suficiente para ganar premios, sino que hace falta una campaña de relaciones públicas y promoción que ayude a posicionarla en el radar de los votantes. La imagen aquí puede ser muy importante y pueden influir cosas que, a priori, no parezcan tan cruciales. Matthew Weiner, el creador de ‘Mad Men’, parece haber perdido el favor de unos cuantos compañeros durante las negociaciones para renovar su contrato y la serie que mantuvo con AMC y que fueron la razón de que la quinta temporada se estrenara el pasado mes de marzo, casi un año después del cierre de la cuarta. Si recordáis, Weiner y la cadena no se ponían de acuerdo sobre la duración de los episodios, la posibilidad de incluir product placement y la reducción del reparto en un par de personajes, y Weiner llegó a afirmar que AMC estaba intentando cambiar la serie que él estaba haciendo.

Las diferencias entre ambas partes se acabaron aireando en la prensa, con las consiguientes críticas hacia AMC por dudar en la renovación de la serie que los puso en el mapa, pero también se generó cierta controversia alrededor de las pretensiones económicas de Weiner, pretensiones a las que luego accedió la cadena. Los 30 millones de dólares por tres temporadas que acordó, más su negativa a facilitar la emisión de más anuncios y a desprenderse de actores, llevó a que algunos showrunners muy conocidos criticaran su postura. El que más se significó fue Kurt Sutter, de ‘Sons of Anarchy‘, que llegó a tuitear que “no puedes pedirle a un canal 10 millones y luego protestar porque quieren expandir su fuente de ingresos publicitarios. Puta o santo, elige uno”. La popularidad de su creador no tiene por qué ser óbice para que una serie gane premios, pero en estas cosas todo acaba influyendo.

Así son los Emmy

De todos modos, al final todo esto puede resumirse en que los Emmy funcionan de este modo, a rachas, y del mismo modo que si algo les gusta, les gusta mucho, cuando se olvidan de alguien, lo hacen por completo. ‘Perdidos’ desapareció de las nominaciones a mejor drama al año siguiente de haber ganado esa categoría, y lo mismo le pasó a Kyra Sedwgick tras haberse llevado el Emmy a mejor actriz dramática por ‘The Closer‘ en su quinta nominación seguida. Los premios funcionan por modas y, aunque tienen sus inercias ya muy establecidas, también pueden volverse locos por algo nuevo que represente un cambio. Todo esto no le quita méritos a ‘Homeland’, conste, una muy meritoria vencedora que fue clarísimamente la serie de 2011. Es sólo un poco de de especulación sobre esa sorprendente caída de ‘Mad Men’ desde la cima.

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