Antes de que me aporreéis por el titular, aclararé que la revista ‘Entertaiment Weekly’ ha publicado una de esas selecciones tan graciosas y que dan tanto que hablar, y en ella Homer Jay Simpson aparece como el mejor personaje que se ha creado en los últimos 20 años para cine y televisión, seguido de Harry Potter, Buffy Cazavampiros, Tony Soprano y El Joker de la saga ‘Batman’ en una lista de 100 elegidos con que la revista celebra sus 20 primaveras.
Y es que el padre de la familia Simpson conquista corazones por dondequiera que va. Matt Groening lo tiene claro como creador de la serie que es, y afirma sin rubor que el éxito de Homer radica en que la gente se identifica con él porque Homer lleva a la práctica esos impulsos que normalmente reprimimos. Total, que cuando vemos ‘Los Simpson’ es casi como si quedáramos en paz con nosotros mismos, como nuestro ello, nuestro yo, nuestro superyo y hasta con Pocoyó. Y yo que me pensaba que mi simpatía por Homer venía porque veía en él el reflejo de mi padre…
Creo recordar que cuando comenzó ‘Los Simpson’, todos los ojos (y las tramas) se volcaron en Bart, aquel niño que sorprendía por su falta de corrección política y porque hacía literalmente lo que le daba la gana, y que hacia la segunda temporada más o menos las historias comenzaron a centrarse en Homer, y fue ahí donde el atolondrado padre de Bart se ganó nuestro corazón. No sé yo si será el mejor personaje de los últimos 20 años, quizá sí por todo lo que representa de quienes lo contemplamos, pero lo que es casi seguro es que no pasa desapercibido.
A lo largo de su vida en pantalla, el padre de la familia Simpson ha sido requeteelogiado, como cuando en 2007 el diario USA Today lo eligió como uno de los 25 personajes más influyentes de los últimos 25 años o como cuando el director del Centro para el Estudio de la Televisión Popular de la Universidad de Syracuse afirmo que de aquí a tres siglos se mostrará a Homer Simpson como ejemplo de una de las mayores creaciones en la narrativa humana. Por pronosticar, que no quede.
