No sé quién fue el primero que pronosticó el final de la televisión a causa de Internet pero no pudo estar más equivocado. A lo largo de los últimos años el consumo televisivo no sólo no ha bajado sino que se ha ido incrementando año a año, y esto no es sólo una impresión mía sino que lo corrobora uno de los últimos informes que ha realizado Nielsen.
En concreto, el informe indica que los norteamericanos han visto la televisión un uno por ciento más en 2010 que en 2009, que visto así no parece un dato demasiado espectacular pero esto se traduce en que cada persona ve de media 34 horas semanales de televisión, que equivaldrían a casi cinco horas diarias. Y eso sólo contando los datos oficiales de las cadenas, que si a eso le sumásemos los datos extraoficiales de todo lo que se consume a través de Internet, el dato sería mucho más alto.
La cadena más vista a lo largo del año ha sido de nuevo, y con muchísima diferencia, la CBS, que ha liderado el ránking en 51 de las 52 semanas. En el Top 10 de programas más vistos la cadena coloca a
NCIS, Survivor, NCIS: Los Angeles, Two and a Half Men. Además, es la única que sitúa alguna de sus series novatas en el Top 20, en concreto son
Hawaii Five-0, Blue Bloods y Mike & Molly, todo un logro si pensamos que no ha sido un año bastante malo para los estrenos en cuanto a audiencias se refiere.
Pero a parte de estos datos, en el informe también se constata un hecho que muchos intuíamos y es que cada vez más espectadores se están pasando a la televisión por cable. Aunque todavía los números están muy lejos de igualarse ya que la
NBC, la cadena generalista menos vista, todavía duplica en espectadores a
USA, la cadena de cable más vista, no deja de ser un indicio de que aumenta la tendencia hacia una programación más especializada en función de nuestros gustos personales.
Y después de comprobar que la televisión sigue teniendo una salud de hierro a pesar de lo que algunos nos intentan hacer creer, ahora lo que faltaría es que las cadenas tuviesen en cuenta todas las horas de televisión que se consumen, ya no sólo en
DVR, sino también vía
Hulu, Netflix, Cuevana y demás. Si me pusiese a contar todas las horas semanales que dedico a ver productos audiovisuales seguro que sobrepasaría en mucho las 34 horas del informe, pero si sólo contasen las horas que me paso delante del televisor tradicional serían muchas menos. Así pues,
¿por qué algunos siguen insistiendo en darle la espada a las nuevas vías de negocio?