Es cierto que con las comedias “de pago” hay que tener mucha paciencia, que se van formando con el paso de los capítulos y que lo que en principio parece un coñazo infumable se puede convertir en un precioso y elegante cisne. Dicen que eso fue lo que le pasó a ‘Enlightened’, y remarco lo de “dicen” porque he sido incapaz de comprobarlo más allá de su segundo episodio. Sólo por eso seguí con ‘Girls’ tras el espanto que me produjo su primer episodio, y sólo por eso voy a esperar a ver qué tienen preparado en ‘Veep’ para sorprenderme. No porque me haya gustado el piloto, ni de lejos.
Aunque su actriz protagonista es el principal reclamo de la serie, se agradece que no todo gire en torno a ella. Julia hace honor a su grandeza demostrada a lo largo de los años, no voy a negarlo, pero el personaje no da para mucho. Selina Meyer, la vicepresidenta, es una mezcla entre Liz Lemon (‘30 Rock’), por lo patosa y por su mediocre equipo de ayudantes, y Leslie Knope (‘Parks and Recreation’), por su accidentada manera de manejar el poder y nuevamente por lo de su equipo. Pero no se aprecia atisbo alguno de lo que hace grande a las dos anteriores. Eso sí, que no falte el “Fuck!” por todas partes, que para algo estamos en HBO y podemos soltar tacos.
Junto a ella encontramos a unos secundarios de renombre, que ayudan en parte a salvar una comedia que no sabe muy bien hacia dónde ir por el momento. Destaco a Anna Chlumsky, que siempre será Vada de ‘Mi Chica’, una actriz conocidísima por todos que ha crecido bastante bien y ha cultivado sus dotes interpretativas; y por supuesto a Tony Hale, el gran Buster de ‘Arrested Development’, que prácticamente ha hecho un calco de su personaje más famoso y lo ha llevado hasta el despacho oval.
Por lo que hemos visto hasta ahora, parece que ‘Veep’ va a ser una comedia de enredos, en la que el hecho más simple e inocente del mundo va a ir rodando hasta convertirse en una bola enorme que les explotará a todos en la cara. Quiere enseñar que gran parte de la política es evitar escándalos, ser más falso que Judas y tener detrás a un equipo competente que maquille todo lo que haces. Y si consiguen hacerlo sin demasiados golpes de cámara y con un poco de coherencia, lo mismo puede llegar a ser disfrutable. Pero por ahora, le doy un contundente “NO”.